Con el fondo de inversión se realizó la compra de materiales para hacer el cerramiento de un predio que funciona como huerta comunitaria, desde la organización se puso como contraparte la mano de obra para limpiar y acondicionar el terreno.
Se cerró un predio de 10 x 10 metros, en el que trabajan 10 mujeres que realizan diariamente las tareas de cuidado de este emprendimiento, con el objetivo de complementar la nutrición de sus niños produciendo alimentos. Además incursionaron en la puesta en marcha de un vivero de plantas autóctonas que serían destinadas a la venta de plantines para la reforestación, teniendo un impacto directo en el ingreso de la economía familiar en busca de ayudar al medio ambiente.